Sibila CampsArtículos destacados
   
   
Publicada en diario "Clarín", Buenos Aires, 25 de noviembre de 2008


 
   
 

Una atención especial

 

“Las leyes argentinas hablan de violencia familiar, y no de la violencia de género, que merece una atención especial, incluso dentro de la familiar”, señaló a Clarín Isabel Suárez, del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).
Lo prueban las cifras: de las denuncias atendidas este año en las Comisarías de la Mujer y la Familia bonaerenses, en el 74% de los casos las víctimas eran mujeres adultas y en el 3% niñas; mientras que en el 81% de los casos, el agresor era la pareja, ex pareja o novio. El 98% denunció violencia psicológica, y el 92%, también física.
 “La mujer tiene un valor en sí misma, que es separado de la familia. El derecho de la mujer a vivir sin violencia, tenga o no familia, es intrínseco”, recalca Rafael Barca, presidente de Amnistía Internacional.

AMNESTY PRESENTO UN INFORME DONDE CRITICA LA INACCION DEL ESTADO


La violencia de género provocó 240 muertes en lo que va del año


Según un relevamiento realizado por Clarín, fueron asesinadas 171 mujeres, de las cuales 29 eran menores. Además, 47 agresores se suicidaron y 2 fueron muertos por sus hijos. También fueron asesinados 13 chicos y 7 familiares cercanos.


Sibila Camps

Al menos 171 mujeres ya fueron asesinadas en 2008 por la violencia de g énero. El relevamiento realizado por Clarín, a partir de publicaciones en medios on line, revela que no son las únicas víctimas extremas: los homicidas mataron también a sus propios hijos o hijastros (13 casos), y a otros 7 familiares que intentaron frenarlos. Después del ataque, 47 se suicidaron y dos perdieron la vida en manos de sus hijos adolescentes. La cuenta debería motivar respuestas de la misma magnitud: 240 muertes en el contexto de la violencia de género.

Las víctimas de femicidio (29 de ellas, menores de 18 años) tenían desde 7 meses hasta 82 años, y en estos dos casos también fueron violadas. El registro no incluye dos asesinatos emblemáticos --los de Rosana Galliano y la maestra Andrea Pajón, quienes habían denunciado agresiones de sus maridos--, porque hasta ahora la justicia no halló autores ni responsables.

“El costo de la violencia de género es tremendo para la sociedad --alerta Rafael Barca, presidente de Amnistía Internacional de Argentina--. La primera que lo paga es la mujer, pero toda la sociedad se deteriora. En primer lugar la familia, y muy directamente los hijos; la violencia engendra violencia: seguramente se convertirán en seres violentos, y con menos posibilidades de desarrollo”.

El “concepto de violencia de género permite advertir que las relaciones entre hombres y mujeres no son igualitarias y que en la sociedad persiste una imagen desvalorizada de las mujeres. También que, a diferencia de otras formas de agresión, el factor de riesgo o vulnerabilidad es el hecho de ser mujer”, reflexiona la defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez. Por esa razón hoy, en muchas ciudades, las mujeres reclamarán leyes específicas, que no absorban la violencia de género dentro de la violencia familiar.

Salvo unas pocas excepciones, nadie ha organizado marchas por estas mujeres y niñas asesinadas. “Para muchos hombres, la inseguridad empieza cuando salen a la calle; para muchas mujeres, cuando entran a su casa --destaca Barca--. Hay tolerancia social. La violencia de género necesita del caldo de cultivo de la discriminación: está naturalizada, porque se naturaliza la discriminación”.

Amnistía Internacional (AI) dio a conocer ayer Muy tarde, muy poco, un documento sumamente crítico hacia el Estado argentino. Allí señala que, a doce años de la ratificación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, es escasa la respuesta del Estado, y magros los resultados.

“Es una concepción estrecha de los derechos humanos --observa el titular de AI--. Ha habido muchos avances contra la impunidad, pero la mujer también tiene derecho a vivir sin violencia. En la Argentina, las mujeres están mucho más expuestas y desprotegidas que los hombres. Y el Estado está fallando en su obligación legal y moral de protegerlas a todas”. En el Consejo Nacional de la Mujer, cuyo exiguo presupuesto fue objetado por AI, dijeron que estaban en conocimiento del documento, pero que no podían responder a Clarín por estar preparando los actos de hoy.

Organismos oficiales y ONGs coinciden con AI en que la mayor prevención, apostando a un cambio profundo, debe hacerse en el sistema educativo, en la currícula y en las relaciones entre docentes, y con alumnas y alumnos.

“Otro gran capítulo es el de los medios de comunicación: ¿cuánto están aportando al fomento de la trata y del abuso sexual? ­--se pregunta Estela Díaz, coordinadora del Programa de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense--. Hay imágenes que alientan el abuso sexual infantil, que se programan de noche pero se publicitan durante todo el día”.

Tener una base nacional de datos unificada es prioritario: la falta de cifras oculta el problema e impide tomar medidas correctas. AI propone además convocar a una mesa nacional contra la violencia de género, que permita la difusión de experiencias, y cuente con fondos. Organismos como el Consejo Nacional de la Mujer deben tener financiación, equipos técnicos y poder político, algo que por ahora está ausente , señala Mabel Bianco, presidenta de FEIM.

Ése es el reclamo mayor, también de AI: “Si la Presidenta, los ministros y los gobernadores manifestaran públicamente que el Estado no tolerará semejante violación de los derechos humanos, la Policía, los jueces, los agentes del Estado darían una respuesta positiva a las víctimas que van a buscar ayuda”.

 

Dónde llamar


 

911. Es el número para llamar en Provincia de Buenos Aires. Deriva la llamada a un centro de atención especializado.

0-800-666-8537 (MUJER). De la Dirección de la Mujer del Gobierno porteño.

137. Brigadas de intervención del programa Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia, Seguridad y DD.HH. de la Nación.


 

Dinero para las mujeres que deben dejar su casa


 

La Secretaría de Derechos Humanos bonaerense ha creado, por primera vez en la Argentina, un fondo permanente especial para asistir a las mujeres víctimas de violencia en situación de emergencia, debido a la salida inminente del hogar.

Se enmarca en el Programa de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia (AVM), y en la Mesa Intersectorial Provincial de Violencia Familiar, que integran varios ministerios y las secretarías de la Corte Suprema y de Derechos Humanos. Mesas similares y redes con ONGs se están formando en cada municipio.

En cada uno, una dependencia pública o una asociación civil, especializada en violencia familiar, administrarán este fondo de mil pesos, renovable automáticamente contra rendición del 70%. Se destinará a pagar movilidad que brinde la seguridad y celeridad necesarias para resolver la salida del hogar (remís, pasajes); dinero o alimentos para las primeras horas o días; vestimenta, calzado, pañales; medicamentos; y alojamiento hasta las primeras 72 horas, hasta que la mujer pueda ir a casa de un familiar o amiga o volver a su casa.
Ya se firmaron 18 convenios, y a fin de año estará cubierto el Conurbano. “Esto descomprime la respuesta clásica de la emergencia, que es el refugio; permite pensar en otras respuestas; y fortalece las redes propias de cada mujer, como ir a lo de su hermana o una tía”, explica Estela Díaz, coordinadora de AVM. En esa instancia son fundamentales las redes locales y otras mujeres, que la acompañarán a recurrir a la Justicia, y le contarán su experiencia en los grupos de ayuda mutua.